En la quietud de un jardín encantador, donde el cielo azul besa la tierra, se encuentra sentada una figura etérea, una joven soltera, con el rostro envuelto en misterio. Sus rasgos permanecen ocultos, pero su presencia dice mucho.
El jardín florece con delicadas flores azules y blancas, que reflejan los tonos de su vestido. Cada pétalo susurra secretos de anhelo y resiliencia. El vestido de la niña, como su corazón, soporta el peso de historias no contadas de sueños no cumplidos, de amor no expresado.
A su lado se yergue un noble corcel, cuyos ojos reflejan el mismo enigma. El caballo, también, permanece invisible, sin ser alabado. Un compañero silencioso en este cuadro de soledad. Tal vez lleve sus cargas, galopando a través de la vasta extensión de sus emociones.
Las pinceladas de la artista no solo capturan el pigmento sobre el lienzo, sino también el dolor de las palabras no dichas, la belleza de las emociones ocultas. La mirada de la niña, aunque velada, nos invita a desentrañar las capas de su alma.
Así, nos encontramos ante “Unseen Unsung”, atraídos por su quietud, sintiendo el peso de las historias no dichas. En este jardín azul y blanco, donde los pétalos caen como confesiones susurradas, encontramos consuelo en lo invisible y nuestros corazones cantan las melodías no cantadas del anhelo.
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$299.00Precio
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